Con esta entrada pretendo reflexionar
y dar respuesta, en una sola, a varias preguntas que se nos hace en el MOOC
Educar en Igualdad.
Ya generamos expectativas desde
antes de nacer en nuestros padres y madres, nuestra familia, la sociedad. Según
seamos niño o niña, éstos/as depositan su confianza en que nos comportemos según el rol
tradicional. Las niñas de rosa, los niños de azul, la cocinita para la niña, el
balón de fútbol para el niño.
Los estereotipos de género se
transmiten a través de lo que hacemos y decimos, así escuchamos decir a un
niño, “no juegues con eso si no quieres que te digan mariquita”, o a una niña, “el deporte
es cosa de chicos”.
Estos mensajes estereotipados configuran nuestra identidad y nuestra realidad, una realidad sesgada, por ejemplo, al no nombrar ni visibilizar a la otra mitad, o nombrarlas como objeto sumiso y vulnerable (mujeres y niñas).
Estos mensajes estereotipados configuran nuestra identidad y nuestra realidad, una realidad sesgada, por ejemplo, al no nombrar ni visibilizar a la otra mitad, o nombrarlas como objeto sumiso y vulnerable (mujeres y niñas).
A través de la coeducación, nuestros
niños y niñas pueden llegar a diferenciar y superar estos estereotipos.
La utilización de un lenguaje
inclusivo y no sexista recobra hoy una relevante importancia, tanto entre las personas defensoras de su uso, como entre las personas que se resisten y piensan que la intención
de los/as primeros/as es “dar al traste” con la gramática española. Si nos damos
cuenta, dentro de nuestro vocabulario diario no paramos de introducir
neologismos y lo tomamos como algo natural, sin embargo nos resistimos a algo
tan sencillo como hacer un uso inclusivo y correcto del lenguaje a través de los múltiples recursos
que nos ofrece la riqueza de la lengua española.
Guía para un uso igualitario y no sexista del lenguaje y de la imagen. (Guerrero Salazar, Susana. Universidad de Jaén)
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