No, no voy a contaros una historia, quiero haceros partícipes de ella, tú y yo somos protagonistas. A tí, como persona, se dirige mi reflexión.
REFLEXIONES: EL DIARIO DE ANA SIN MIEDO
Mi diario: 22/03/2011
¿Alguna vez habéis
deseado poder volar?
o mejor aún, ¿hacer un viaje astral? Yo lo he deseado
infinidad de veces.
¿Qué por qué creo que es mejor el viaje astral? Sencillamente porque alguien que teme desplegar su imaginación, se siente más segura, más seguro, sabiéndose recostadita o recostadito en su cama, que dando golpes de alas, sin saber que vientos nos acompañaran. Esa era, y soy, yo a veces, alguien que desea pero que también teme.
¿Qué por qué creo que es mejor el viaje astral? Sencillamente porque alguien que teme desplegar su imaginación, se siente más segura, más seguro, sabiéndose recostadita o recostadito en su cama, que dando golpes de alas, sin saber que vientos nos acompañaran. Esa era, y soy, yo a veces, alguien que desea pero que también teme.
Cuando siento que
algo grande puede ocurrir, algo hermoso, cuando pienso que aquello que siempre
he deseado está próximo a cumplirse, no sé cómo me las apaño pero siempre
termino encerrándome en mi preciosa concha, asomando la naricilla, para ver
como pasa de largo.
Entonces, (cuando pasa de largo), es como si mi cuerpo se
relajara, pero dura poco, de seguida
vienen las dudas, y me arrepiento de no haber arriesgado la comodidad de lo ya
sabido, (aunque no me guste), pero el arrepentimiento llega tarde y la preciosa
concha, cada vez se hace más pesada.
¿Te ha pasado a tí esto alguna vez?
¿Te ha pasado a tí esto alguna vez?
¡Pero qué
complicada soy! Dicen que las mujeres somos muy complicadas ¿Y qué? ¿A caso los hombres (pregunto a las mujeres y los hombres que me leéis) no lo son, no lo sois?..., Pienso que las personas somos todas muy complicadas. O en mi caso, indecisas, más bien diría yo.
¿Culpables o inocentes?, Me quisiera justificar, (pero
no puedo). Todos y todas necesitamos en algún momento un pequeño empujón, y que alguien corte los hilos invisibles que nos sostienen y condiciona nuestra forma de ser y de vivir, sobre todo, aquellos que nos atribuyen según nuestro género.
Resultaría fácil justificar esta indecisión por mi condición de mujer. Podría decir que es debido a un problema de adaptación al medio, o algo más complicado aún, tan complicado como yo, podría inventarme un síndrome hasta ahora desconocido para dar respuesta al por qué de mis miedos, (esto sería la bomba…), o simplemente podría echar las culpas… ¿A mi hombre?..., ¿A un hombre, o al ser humano en general?...¿A Dios, o al universo?... ¿A la alimentación, o las hormonas?...
Resultaría fácil justificar esta indecisión por mi condición de mujer. Podría decir que es debido a un problema de adaptación al medio, o algo más complicado aún, tan complicado como yo, podría inventarme un síndrome hasta ahora desconocido para dar respuesta al por qué de mis miedos, (esto sería la bomba…), o simplemente podría echar las culpas… ¿A mi hombre?..., ¿A un hombre, o al ser humano en general?...¿A Dios, o al universo?... ¿A la alimentación, o las hormonas?...
¿MUJER=CAOS? ¿HOMBRE=EQUILIBRIO?
Ni mucho menos, me resisto a
aceptarlo, es más sencillo que todo esto. Todos y todas hemos sentido miedo en
alguna ocasión. Mi miedo, si quieres, te lo resumo en una simple oración gramatical:
“tengo
falta de fe en mi misma”.
En dos palabras:
“auto desconfianza”.
En una palabra:
“inseguridad”.
O incluso te lo puedo mostrar a través de los
sentidos:
“Palpar el sabor agridulce que desprende las ansias de volar mientras
te sientes prisionera del tiempo, mientras tus pies se aferran a
la tierra y tus ojos ven el arco iris en el cielo después de que la lluvia haya
dejado en tu piel las gotas de tu propia esencia, esa que dejaste de disfrutar”.
Es muy sencillo, y
además lo conozco muy bien. Sé donde está el “quid” de la cuestión, me sé muy
bien la teoría, pero hasta ahora he sido incapaz de llevar a cabo la práctica,
simplemente por miedo, por miedo a darme cuenta de que estaba equivocada, y que
soy capaz de hacer lo que me proponga, yo lo sé. ¿Y tú? ¿Te sientes capaz de lograr lo que te propongas?.
Pero para ello debo dejar a un lado mi concha, debemos dejar atrás nuestra concha.
Pero para ello debo dejar a un lado mi concha, debemos dejar atrás nuestra concha.
Complicadas y complicados no, ¡”únicas y
únicos”!, iguales en la diversidad. No dejemos que nadie ponga ésto en duda.
Y para ser iguales en nuestra singularidad, ¿un
precio?, solo que el tú y yo deseemos dar, el que estemos dispuestas y
dispuestos a ceder.
Esta es mi duda, ¿Qué
estoy dispuesta a ceder?, ¿Cómo lo hago? Dejo a trás mi espacio de confort y me dejo caer en el infinito a ver que
viento elíseo sostiene mis alas, o me despego de mi cuerpo, dejando a éste a
buen recaudo sobre mi cama.
He aquí que aún es más grave mi duda. Alguien me dijo ayer, que esto último, también tiene su peligro y puede ser que, cuando quieras regresar a tu cuerpo, sea tal tus ansias por volver, que no sepas cómo, (y esto sería una faena, ¿no crees?).
Pero tambíen alguién dijo que yo era especial, que estoy en este mundo por una razón y que no puedo seguir escondiéndome.
He aquí que aún es más grave mi duda. Alguien me dijo ayer, que esto último, también tiene su peligro y puede ser que, cuando quieras regresar a tu cuerpo, sea tal tus ansias por volver, que no sepas cómo, (y esto sería una faena, ¿no crees?).
Pero tambíen alguién dijo que yo era especial, que estoy en este mundo por una razón y que no puedo seguir escondiéndome.
Todo tiene en la vida tiene su riesgo y sus consecuencias, y dememos asumir esta evidencia.
¡Dios mío, qué
difícil es querer ser tu misma! ¡Qué complicado, es ser complicada, en tu
propia complicación!, ¿No te lo parece a tí?
Pero esto me gusta, porque significa que me implico y debato mis sentimientos. Y en la lucha entre el ser o no existir, me siento viva y además capaz de vivir, aunque aún dude cómo.
Pero esto me gusta, porque significa que me implico y debato mis sentimientos. Y en la lucha entre el ser o no existir, me siento viva y además capaz de vivir, aunque aún dude cómo.
Deseo y temo, me
muestro y desaparezco para aparecer de nuevo, como el Guadiana, como el día y
la noche, como las orillas de la playa cuando sube la marea, como el cangrejo
ermitaño que no deja su concha, su concha…, mi concha, mi bonita y pesada
concha, donde guardo mis sentimientos y tengo preso mis sueños, a la espera de
poder dejarlos volar…volar…
¿Alguna vez habéis deseado poder volar…?
Mi diario: 22/03/2017
Después de mucho tiempo por fin pude
guardar mi preciosa concha y con ellas mis miedos. No escuché a quienes me decían: para qué si ya pasó tu tiempo, y me lancé al vacío. En el camino, lejos de llegar a los ínferos de la nada, me encontré a personas como tú, (Cristina, Diego, Alba, Carmen, Juanjo...), cada cuál con sus miedos, pero tambíen con su fuerza y ánimo. Me ayudaron a emprender el vuelo. No me dejaron caer.
Hoy me siento una heroína, me he vestido con una enorme sonrisa y me siento con ganas de comerme el mundo, he cumplido un un sueño…
Hoy me siento una heroína, me he vestido con una enorme sonrisa y me siento con ganas de comerme el mundo, he cumplido un un sueño…
Y tú, ¿pudiste guardar tu hermosa y pesada concha?
Si aún no lo has hecho, piensa que todos y todas somos vulnerables, somos fuertes, somos... complicados y complicadas, somos... personas. Hoy quiero decirte que no escuches a quienes pretendan cortar tus alas e impedir tu vuelo. Quienes de verdad te quieren no permitirán que te pierdas en el vacío, da el paso y confía en ti misma, en tí mismo. No hay miedo que no se pueda superar ni sueño que no se pueda cumplir. El mayor logro para la igualdad entre hombres y mujeres, es reconocer que cada cual es protagonista de tu propia aventura.
Mi querido lector, mi querida lectora, espero encontrarte en pleno vuelo
Si aún no lo has hecho, piensa que todos y todas somos vulnerables, somos fuertes, somos... complicados y complicadas, somos... personas. Hoy quiero decirte que no escuches a quienes pretendan cortar tus alas e impedir tu vuelo. Quienes de verdad te quieren no permitirán que te pierdas en el vacío, da el paso y confía en ti misma, en tí mismo. No hay miedo que no se pueda superar ni sueño que no se pueda cumplir. El mayor logro para la igualdad entre hombres y mujeres, es reconocer que cada cual es protagonista de tu propia aventura.
Mi querido lector, mi querida lectora, espero encontrarte en pleno vuelo
Ana María Aguilar Escobedo